El color, la magia y la tradición

Disfrutar la naturaleza y sentir felicidad… iluminar la obscuridad con la sutileza de pequeñas luces enmarcadas.

Las obras están realizadas para quienes gustan de disfrutar la naturaleza y sentir felicidad. De quienes deseen iluminar la obscuridad con la sutileza de pequeñas luces enmarcadas; cuadros que le remontarán a los recuerdos, a los lugares donde se mueven las emociones. O simplemente de quienes deseen sentirse acompañados, sin emitir palabras y saber que te entienden.

Obras que colocadas en habitaciones te conducen a una tranquilidad y paz interior. Si las colocas en espacios destinados a reuniones de trabajo, te motivan a lograr objetivos, ya que en las mismas se proyecta orden y ubicación.

Los colores nos llevan a cuestionarnos, a contradecirnos hasta lograr un equilibrio que nos hace sonreír y al mismo tiempo soltamos presiones y ataduras.

La magia de los cielos de azules suaves o de intenso color nos da rumbo, con ellos siempre sabremos a donde ir.

Las pinturas te ubican en la infancia, donde la inocencia va mezclada con globos y algodones rosas; te ubica en felicidad, paz, tranquilidad, experiencias, manos entrelazadas, el vértigo de ver los tiovivos, seguridad; que en el ahora se vuelven motivos para la toma de decisiones.

Al mirar las pinturas del maestro Alberto nos sentimos acompañados de la naturaleza, nos hace sentir que hay abrigo en cada habitación, que tenemos un techo donde dormir, una rica comida, formaremos familias; historias que entre luces, se van matizando de tal manera que todo lleva un orden, se va acomodando hasta el punto donde el azul se hace gris, rosa, rojo naranja, ligera esmeralda y la mirada se pierde envuelta en nubes, sueños y libertad.

María del Rocío.